marzo 11, 2010

La esperanza insoportable

Ciertas mejoras son
la esperanza insoportable.

Darte, decirte
qué es no creer en lo poco.

Estás al fin de cada hora y
no conoces la imagen cansada
que tú eras sin mí;
podía con algún arreglo
devolverte al extraño
rencor de todavía perderte
entre palabras rozadas para siempre.

La esperanza insoportable de lo mucho
se parece a cuando callas:
el verbo se descalza
para silenciarte.

Qué es no mirarte
si no sino de vanos o
grato vacío del secreto.

Tarde de nadie
muerde el muro
tendido de la prisa.

Alguien nada trata solo.

Un laurel miente
por nosotros
la hermosura.