enero 15, 2013

Ovni

Ovni

La nave es de prisas de magnesio
no hay enmienda ni costura de encuentros
sentados en esta lentejuela
atolondramos lo que parece espacio
hasta albergar eso de frenar alguna vez
frenar en la luz.
Escupiendo partículas
esquivando los polvos
que la galaxia interpone al viajero subgelatinoso.

La nave es viva, la nave vive.

Integrados a este sello
cosa somos en lo áspero
es como estar adentro de un malvón que no piensa
o buscarse en una caja verde laurel.
No es aterrizar lo que hacemos
es lo que el geranio percibe cuando llegamos.
Vidrios metálicos y alguna compuerta tenemos
para intimar con la codicia terrícola.
La nave piensa con líquidos porosos, sus hidroamores,
sentidos líquidos para no hablar.
A qué venir aquí sin poder decirlo
es por los insectos que viaja este diván de magnesio
por las gravitaciones concurridas con olores tensos.
Por estas imprevistas nociones
es que soy un descriptor de mundos.
La lentejuela me sabe complejo
y me hace sudar luz por este rostro
mío que siempre es mirada.
¿Dónde hay insectos?
Estos no son, algo más denso, este no pica, ese no huye,
aquel desmiembra a su amado, ese sirve para abrir brechas
entre las geometrías blandas de los invisibles;
la cigarra en la cavitación del limonero, este es otro abismo
que esquivamos tímidamente;
la araña es un pez con red masoquista.
De los ordinales nada diré esta vez
que el método me emocione
me emocione el mirarlos con lo blando.
Con esta nave podríamos
saltar entre nefeles
del verdadero vacío
horadar la materia oscura
que sostiene el Onto
hacernos lombriz
apelmazar lo vasto
apantallar de bordes al reposo de la deformación,
y nada como suspenderla
encima de los girasoles
asustar a las cotorras semilleras
tajear rumbos en los muros de las ruinas secas
-ese no gotea, sirve para vulnerarlo todo. De las hormigas
sólo una, ellas les prestan la tierra a los que pisan.
-Me halaga tu tenacidad dice la nave.
Retroceder para volver
a los objetos superiores del alma pensil
de los superiores sujetos
sujetos sumergidos anfibólicamente sumergidos del Ser
y tensamos las espinas de este sombrero sin manuscritos
intromisióm de quien no lee, misión.
Somos pilotos, analfabetos telépatas
nefeles pensiles del sin principio,
perforantes del sustrato vacilante.

Somos visitantes de pasado.

Daniel Battilana

enero 14, 2013

HUMANADA

HUMANADA

No queda una conspiración de la palabra.
Todo ha sido limpiado no hay más esmegma en el poema.
Ansiosamente me nombro me hombro contra algo de cuyo provengo
Oh peligroso religioso el sin mito.
Oh chicle maligno esfinteriano
El quinto poder aprieta, la víctima es soberana y peligrosa
El niño no sale por los pies de entre los muslos de la madre
Íntimo con la cabeza la perfora sorbo por los textiles cubiertos
Con tapadores tejidos bajo un alcanfor de insectos… de textiles cubiertos y
sales de miento, sales de miento por entre los muslos de una mujer a respirar
por los órganos los potasios las cales sedientas (otra vez me repito) estas criaturas sonríen porque serán soldados serán formidables fusiladores,
ostentarán gibas o avatares fibrosos doblaran que golpea. Una campana ahogarán
mágicos entontecidos solos, abandonados por la tradición, mágicos aliterados.
Ospovodorones cubaflantes taxobromistas, versozaristas, especies genocidas.
Suplicantes de oro instrumentos de oro ambos frotando sus sonidos inútiles
La niña es blanca porque la han fermentado en leche, qué importan todas las variedades de papas, no hay alcohol no hay carne en estas vendas no hay huasca de perro para las yeguas ni perro carneado, queso de perro.
No hay saber que entristezca la fogata del verdugo.
Cloto Láquesis Átropo mis Moiras desatadas
Un pez
Un niño
Un viejo
Un rayo huye del cielo
Un olor huye del amo
El alma molesta aquí donde no hay dioses perennes
o sí viscosos o si parientes de dioses homologados Dioses ISO 9000
La leche es un dios pasteurizado
Droga es dios cuando duerme…
¿no llegaste? ¿no te quisieron?
Mi hígado se reveló y tuve que nombrarlo, era que me dormía en la poesía
Tal una loza china dormita hasta el té caliente,

Era que me dormía… me porcelana.
El hígado me recordó todas las momias, soñaba con ácidos moleculares (imposibles aún)
Y traición mucha traición por la poesía:
ES COMO PEGARLE AL AGUA PEGARLE AL AGUA
MERECEDORA DE UN SÍNTOMA QUE TE ADHIERA AL TIEMPO
Merecedor de pegarle al otro.
Y me amable todos me amablaban de cuán formidable eran las imágenes en que descansaba…
O todo me descansaba para parecer amable. Y me alentaban para que uno de poder ser yo les dé una imagen en la que todos se parecieran, o los consagrados me telefoneaban en secreto
mis maravillas para que mantuviera en secreto mis maravillas, a cambio de un escudito del colegio nacional de buenos aires.
El poeta más quema duro me acusaba de intervencionista, de aparecer escrito a voluntad
Yo que soy ahora un hígado con estantes un parecido caracol un perro retorcido de pasado
una espiga de palo que no para de llorar viendo el rostro de Láquisis ¿no voy a aparecer escrito a voluntad?

¿no voy a escribirme?

¿PUEDE SER MI AMOR UNA FANTASIA ENVENENADA HASTA EL PRIMER EXTREMO?
¿PUEDE SER TU AMOR MI FANTASÍA MORAL?

UN HUESO YA MURIÓ murió el premio
La Moira aspavienta la pluma en mi rostro eso me hace poeta.
EN LA FORMA Y EN LA SUSTANCIA OCURREN COSAS DIFERENTES…
En la sustancia el tiempo, en la forma nosotros. El sexo ocurre en la forma, cogemos la forma no la sustancia allí todo se demora en estímulos inútiles siempre prontos a romper…
Coger la forma o fecundar la sustancia ese es el oficio de ser hombre.
¿Puede ser mi hígado una fantasía, un pacto prenatal de no agresión? Era yo que corría entre los mosquiteros, me perfumaba para olvidar a los que iban a morir antes que yo ¿Qué pasaba antes que yo? ¿No es real que me pudro hermoso? Me canso me duermo hago yogur me desengraso cuanto puedo antes de envejecer: será esta la noción psicológica de la tetradimensionalidad que discuto con Mostepanenko, esta lineal se reciente porque no es capricho que caracoles, perros y polillas soy yo o caras, peros y sillas estoy ahora para mí.
En la topología natural de los códigos (Ni) en el apogeo de los culos minoicos, ortos paradigmáticos fomentadores suicidas –un inculto es un suicida feliz- un dodo en las tardes.
Y si hay un disco con un agujero de centro ¿es que hay un disco anuente de su agujero? Es que lloverá lo que era vapor lo que era orgón, me darás frío el dragón.
Me inyecto un jugo de muelas cariadas de león y chupo unas diminutas ostias de extracto de campanillas, podría confiarle mi vitalidad a un puñado de judías en remojo, siempre en remojo. Claro que me solvento (esta es una palabra visual: sol vento) me redoblo hasta toco la guitarra un “caracol enrejado” cierro los ojos para no verlo morir en esa batalla, ansiosamente me toco ansiosamente. Le rasco la reja, me rasco la reja ¿no voy a escribirme?
El comienzo de la discusión es lo que más vale
Yo anterior: ese hombre le dará una información: la sangre que lo crió significa cariño
El aire es una cuerda atada a la garganta: sin aire no hay garganta: disfrute de eso mientras respira: en el aire hay árboles sin acento que respiran por usted.
Yo anterior: ilustro en lugares diferentes mi cuerpo sin vendas cuerpo dado hallado al infinito, punto que satisface de flujos y de estremecimientos.
Me han visto entrarle al rito, me han visto llorar, me han amable, me han más joven, han hígado.
Babel no existe hasta que no hablás.

Los poetas estuvieron aquí sin atreverse.


Daniel Battilana. "Humanada" inédito

enero 08, 2013

Más allá de los juncos tibios

Y te toco donde no olvidás nada.
Sin voz me ponés a oírte los esoterismos.
Tú firmas el agua del humor
con dos versos universales,
prorrumpes sin piel
en que apoyar
los tactos del ahogo.
Amor son todas las caridades
el jugo es mi caridad
de un moverse arrasante.
Yo presencié esta nada
por las intemperies
que debilitaron mis palabras.
Subí al antojo
ungí todas las membranas de una vida
la sin poros toqué
afilé las sobadas tijeras de tus piernas
asedié tus ojos con hambre de mirapanes
y cediste tus argollas tubulares
a las inundaciones más allá de los juncos tibios.
A me cedes bien
me cedes bien el bocado.
Y te ostento mi pirámide
nave constelada
cinturón sin bordes
tú me cedes aniquilación de realidades.
Es nuestra vanidad henchirnos de receptores sangrados.
La ternura es de tiempo,
el huso quiere lo que se aproxima
no va a comer frio si este es su hogar.
La duna está, los puentes separados
las fundas retenidas se escurren adheridas
Dispensador lácteo
alistas tu bebedero
como una sirena
tragándose el mar interrumpido
la bomba se detiene
asomada a tu mar
limpias el inflador usado por la angustia
resuma, la tragadora ha sido blanqueada
con un destilado de dos versos
tubo por tubo escucho tu amor
y nos devolvemos los cuerpos.


Daniel Battilana, 2013