No sé matar.
Pisar hormigas no es
matar.
No mueren, lo sé, es
dañar
lo que no podemos crear.
Dice: Pisar es dañar o
matar es creer.
Una hormiga
prendida de su carga
no sabe morir.
El dolor te desnuda
si no estás prendido de
tu carga.
Estaba a 50 kilómetros de Gaza
cuando me hirió el
asesino de Goliat
a 50 kilómetros de la
ternura
a 50 kilómetros
prendido de mi carga.
Daniel Battilana.