¿Viste al álamo sonajero pensar la casa
cierta de objetos que parecen desilusiones vivientes?
Traté este afán
como trato a las voluntades
que en los niños atestiguan
el pudor del ser estar.
Por ser largo es delirante mi poema,
no hay héroe sin moneda.
Tan solvente y acariciador
nadie más lejos de creerse
purificado por la razón.
Sacrificado sobre un tajo.
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