Museo de lo joven
Nadie conoce nuestros objetos.
¿Será paz la aventura de parecerse?
(Ya sabemos qué apetece lo binario)
Medrar de las costumbres ingenuas.
Lo que nunca escribiría es lo que leo
por esto, lo que escribo no tiene ojos.
Por el tamaño de las cosas
juzgamos su destino: no cabe el tiempo en el insecto.
Hilos y parientes se parecen
a escamas que crispan un cuerpo.
El mar tiene más de lo que lloraré.
Hacer y no hacer son un fuego.
Un queso huele a orgía,
vaya malentendido.
Creer es un museo de lo joven.
Humanizarse del todo
para ser respetado del todo.
Así no vale ser bueno.
Hilos por un museo
conservo hilos de un museo
paciente hilo.
Argumento no estar, no haber pasado.
¿Será paz el roce de los animales que están desnudos
hasta que los enterramos?
El constante parecido entre casa y mesa.
Daniel Battilana.
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