junio 20, 2013

Ligeramente devastado






Ligeramente devastado.
De mente ligera devastada se mantiene casi intruso.
Uno en su cuerpo denuncia que lo siguen.
Es uno perseguido por adentro.
Ligero lo conocen y suave al dar por eventual la desmesura.
Es su usanza usar todo lo que sobra; aquello que nadie espera lo seduce.
Polvo parece, polvo aparecido.
Polvo quisiera irse a parar al lugar para reducir la estima directa.
Siempre polvo enredado al tiempo precedente.
Ligeramente devastado, calla, es un hombre parecido en todo al olvido.
Es un ligero caso de dominio.
Sufre lo secular, lleva entre las piernas a Sodoma en geometría.
Otra Sodoma camina hacia atrás; nadie es uno si no implora con la boca los esferoides, rutinas lubricadas hacia adentro.
Parecido a todos suplica extinto con la lengua. Repite, siempre polvo enrarecido, desigual a un trazo.
Tanto el agua acá hundió su camino, cuna de pasaje,
donde habita su merecido error.
Tanto hombre que destituido por el ruego
quedó atrás de mi voz
donde habita mi merecido error.




Daniel Battilana.

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