Ligeramente devastado.
De mente ligera devastada se
mantiene casi intruso.
Uno en su cuerpo denuncia que
lo siguen.
Es uno perseguido por
adentro.
Ligero lo conocen y suave al
dar por eventual la desmesura.
Es su usanza usar todo lo que
sobra; aquello que nadie espera lo seduce.
Polvo parece, polvo
aparecido.
Polvo quisiera irse a parar
al lugar para reducir la estima directa.
Siempre polvo enredado al
tiempo precedente.
Ligeramente devastado,
calla, es un hombre parecido en todo al olvido.
Es un ligero caso de dominio.
Sufre lo secular, lleva entre
las piernas a Sodoma en geometría.
Otra Sodoma camina hacia
atrás; nadie es uno si no implora con la boca los esferoides, rutinas lubricadas
hacia adentro.
Parecido a todos suplica
extinto con la lengua. Repite, siempre polvo enrarecido, desigual a un trazo.
Tanto el agua acá hundió su
camino, cuna de pasaje,
donde habita su merecido
error.
Tanto
hombre que destituido por el ruego
quedó
atrás de mi voz
donde
habita mi merecido error.
Daniel
Battilana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario