septiembre 15, 2012

Regular y estacionario





Recibo la pregunta, quieren conocer por qué escribo.

La respuesta es una imposible escalera hasta donde sé
puedo el cómo parecido a un residuo de marea.
Soy mediterráneo, puedo que me duele, pretendo
y hago que pretendo, significo que soy signo conmigo
lo posible confundido y lo benigno fulminante de agobio.
Lo restante es del cuerpo que mantengo sucio y bien trato
por lo cual tengo por costumbre la sensatez muscular
de la idea ponderada de magnitudes casi estelares.
Un síntoma parecido a confundirme pero lo doy por tierra
es saberme rodeado de desnudeces aferradas son las ignorancias y sus fronteras
permanecen enceradas al ojo conservador, al asalto perezoso del péndulo
asistido en el sulfato que precede al crecimiento siempre cístico.
Los estercoles coladores y abrazos merecidos están también elásticos
dispuestos a perdonar que lloro la búsqueda de las secuencias aunque
la cisterna del afecto no cumple con las bajezas por completar y reparar.
Hierático lento
la melancólica letanía con señalar que existo detenido.
Es el cedazo molecular del crecimiento que agrega hábito donde hubo deseo.
Preguntan es porque no pueden.
Son desasosiego o pérdida de poder el grito
Desarrollo que fui hasta la meta y no volví para encontrarme
con el premio quieto de la partida. Las bienvenidas hartas de soledad
las tengo escritas para que no pregunten y lean lo que no pueden ver
Lo explicable sucedido antes que el ego lo marchite.
Ufano pitio rufo menores conocidos con intenciones de dificultar
la comprensión estanca
Declaro cuatro espacios: la poesía la modestia el encomio y  
los años secos de torpezas y quemazón.
Tengo lo amoroso por objeto y además al sujeto de esa intriga tengo temo trato y tanto
de indoloro que soborno al olvido contemplando.
Escombrado de olvidar, bulbo cinerario.
Elementado de pareceres todos desencantos.
El cilindro con que amanso a empujones mis instintos tiene descendencia.
Me detuve en todas las desdichas que tenían puerta.
Esto es contestar que soy un improbable.


Daniel Battilana

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