julio 30, 2013

Memento mori



Estoy tan cerca de lo que se va
sería un tonto en no fijarme mejor,
ver esa nave me envuelve
de un furtivo espeso agua;
de rostro nave puede ser la soledad que mira.
Estoy tan cerca de lo que llamo misión,
una misión en la nada torpe tan pesada como la luz.

Moverte no te deja ser mejor para fijarte.

Si los ropajes se quedan,
la ropa se desarma en la pieza,
prenda furtiva del todo
ropa ropero caja cajón.

Si todo queda
¿Qué cosa viste este grito de trono que viene?
¿Qué grita desde afuera?

La misión de la nada no tiene adentro
no hay donde guardarse en ese veredicto.

Esa nada que me acecha sin bordes
y sin volver al perfil que cruza
el ramo delirante en nave de aire.

La nave nos envuelve con su aliento
recordar nos desenvuelve a movernos.

(Un gambito de arroz a las palomas
Sedar el sol contra la higa
La paz empiojada de las palomas
Ya no mueren los árboles para mí
Los libros se hojaldran sin ser vistos)

Un nido de certezas sin memento mori
no se puede revolver en cosas así
y que no aparezca la gracia.


(un nido viejo sin entrada)

Estoy tan cerca de lo que se va
que veo lo que mira en este adentro
y reconozco volver de lo que mira.

El ramo delirante de mi memoria, soy yo.
El ramo heroico
El cordel te llama la roldana tensa lo que enrosca
a ambos lados del poco abismo que estimula.
Sigo siendo mi memoria.


Daniel Battilana.

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