Sanación del espejo
Una vez me sacaron del
espejo
y me llevaron a mi rostro
(me trajeron un rostro)
Era de otro espejo
el rostro venido por
ellos
Dos veces no calzaba en
esa luz
como ningún rostro
alcanza
como todos sobran en la
sombra
La tercera vez que volví
al espejo
no me reconocieron
quedé solo en el ungüento
mercurial de los reales
Ninguna oportunidad tenía
un rostro traído del
antes sin noción
Un vestigio repetía y
todo caía
sanarme de reflejos
sudar luz
matar las transparencias enfermas del rostro.
Estar aquí donde tiemblan
los brillos
prendidos a las hojas
el rostro mineral del
piso.
Por momentos se hacen
unos grumos de estarcha
con los gestos de carne:
es el pan de los
espejeros.
El rociar triste de los vidrios
El rociar triste de los vidrios
rociar con luz la canción
atrapada en el metal del fondo
¿Qué es el brillo, sino
la luz atrapada en la garganta del vidrio?
El rociar triste de las
caras que trazan llanto.
Saciar el espejo con
rostros y a esos rostros con espejos
No hay sanación en la
permanencia inmóvil de la bondad
Las cosas se entristecen
por no poder subirse al borde ciego
las cosas no tienen espejo
y enferman como la luz
enferma rociada en nosotros.
Daniel Battilana.
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